Aida Toledo/Investigaciones en educación
Instituto de Estudios
Humanísticos/URL/Observatorio de Educación Nacional
Entre los detalles y anécdotas de
la historia de la educación pública, que se encuentran ligados a los inicios de
la educación media, aparecen una serie de situaciones sobre la población maya
de aquel entonces, que tienen relevancia para mencionarse en este momento
coyuntural, en que se elabora este estado de la cuestión.
Los inicios de la educación pública
van a contemplar un nuevo actor en la agenda educativa, los mayas de finales de
siglo XIX. Su incorporación se ve como un grave problema, porque la concepción
de su origen, los sitúa en desventaja no sólo lingüística sino también cultural
y social.[1] Este asunto nos parece de
relevancia, dado que se habla de una agenda que no ha cambiado sustancialmente,
porque transcurre más de un siglo, para que los idiomas mayas sean aceptados
dentro del marco de la educación en forma orgánica, reproblematizados durante
los Acuerdos de Paz de 1996.
Nos parece importante entrar a
discutir este tema, porque dentro del desarrollo de la escuela media aparecen
ya discutidos los efectos del racismo y las consecuencias políticas que los
grupos mayas sufrieron, y que luego pasarían heredadas a sus descendientes a lo
largo del siglo XX. Revisar este periodo, dentro del marco de la fundación de
la escuela media, ha servido a quien escribe para comprender el devenir de las
comunidades rurales en Guatemala, cuya composición étnica era principalmente
indígena.
Fotografía: CIRMA |
El tema maya se viene tratando en
Guatemala desde la administración del doctor Mariano Gálvez. Se sabe hoy que
éste tenía en su agenda el enseñar a los indígenas el idioma español, con la
creencia que ese factor les impedía el desarrollo y la incorporación a la
nación mestiza. En el nivel primario instaura una ley en 1836, para la
enseñanza obligatoria del español[2],
además de intentar normar las maneras de vestir de la población indígena dentro
de las instituciones del Estado y en los espacios públicos. Aparece por el
mismo momento una escuela que otorga becas a niñas indígenas, donde desde
distintas instancias se costeaba la educación de estas estudiantes.
Las leyes respecto a la población
maya continuaron dentro de una dinámica, donde privaba el racismo, los
prejuicios en cuanto a la inteligencia, y la clase social. En 1851 se determina
que “los corregidores persigan la embriaguez y la holgazanería entre los
indios”[3],
y que respecto a la educación, se establezcan escuelas, se enseñe el idioma
castellano y la doctrina cristiana.
Lo que esta manera de actuar, con rostro
legal rebela, es que dentro de las leyes que continuaron funcionando a lo largo
de más de un siglo, siempre fue parte de la agenda, la enseñanza del español
como único idioma, y eso se extendió hasta la firma de los Acuerdos de Paz,
espacio donde se establecen las fracturas en este tipo de pensamiento y agenda.[4]
La firma de los Acuerdos de Paz
implicó la aceptación de la urgencia de una reestructuración y restauración
social, a manera de una necesidad colectiva de todos los guatemaltecos. Tanto
gobierno como organizaciones sociales fueron creando una serie de mecanismos de
interlocución y consenso con este propósito. Es innegable que buscaban la
formación de una sociedad más democrática, como parte de las negociaciones
políticas. Por eso propugnaron mucho más por iniciativas alrededor de la
reforma educativa, que en cuanto al asunto de lo agrario, aunque ni una ni otra
se hubieran resuelto ya.
El conflicto armado tuvo como
meollo del problema el asunto agrario. Además esta guerra se produjo en una etapa
histórica donde la lucha sociolinguística y cultural era entendida de otra
manera, y se encontraba discutida dentro del análisis de clases sociales, del
campesinado y del proletariado. Sin embargo la diversidad cultural, vista como heterogeneidad
y no como enfrentamiento, hacía dos décadas que se venía analizando, y se
concretó en hipótesis de desarrollo endógeno y autosostenible, considerada hoy,
una postura de los neoindigenismos latinoamericanos.
Al mismo tiempo se iban
fortaleciendo los movimientos indígenas en distintos puntos de América Latina,
que optaron por estrategias y opciones teóricas y diversas políticas. Lo que
tenían en común era señalar el carácter colonial de las relaciones étnico
sociales, que explicaban las inequidades sociales, culturales, linguísticas,
educativas, etc.
Para el caso de Guatemala, algunas
propuestas sirvieron para fortalecer al movimiento maya. Aparecieron los
conceptos e ideas alrededor de la mayanidad[5]
que luego se transformarían en interculturalidad.[6]
En relación con estas ideas se trabajarán más adelante los conceptos de calidad
y pertinencia, que al desarrollarse atravesarían el sistema educativo nacional,
en el espíritu de la reforma educativa.[7]
El concepto de lo intercultural, estaba estrechamente vinculado con la
identidad.[8]
La mayanidad como propuesta
política arranca a fines de los sesenta e inicios de los setenta en Guatemala,
trabajada inicialmente por académicos provenientes de las élites ladinas, que
al ser interpretada por la intelectualidad maya, apuntaría a una distinta
necesidad, la de aproximarse a la construcción de la identidad.[9]
Ésta estaba fundamentada en el considerarse mayas del presente. Entonces la
mayanidad se convierte en argumento para reencontrarse con el pasado, pero con
el propósito de impugnar el presente. De allí que la mayanidad sea
fundamentalmente una propuesta de tipo político.[10]
La reapropiación de lo maya se
desarrollaba en los círculos intelectuales y estudiantiles[11],
pero sería en el ámbito del programa nacional de educación bilingüe (PRONEBI)[12]
donde aparecería la denominación de cultura maya, para referirse a la cultura
del presente.[13]
En 1982, el equipo q’eqchí del
PRONEBI incluyó contenidos mayas en la capacitación de maestros y en los
materiales para los niños, aunque su principal objetivo no fuera de tipo
curricular. Se encontraban en medio de la violencia del conflicto armado, y no
se veía con buenos ojos hablar de bilingüismo. Al mismo tiempo existían
problemas de tipo teórico y
metodológico, en el diseño claro
del papel de los idiomas y de las culturas del currículo, porque el referente
estaba en las interpretaciones ladinas de lo maya. En este periodo se hacen las
primeras traducciones de los programas oficiales a lenguas mayences. Y aunque
la inclusión de lo maya, fuera desigual y tardío, se logró presencia en los
contenidos curriculares.
El aporte académico es de gran
incidencia en el tema maya. Algunas universidades se encargaron de servir
cursos, y dar mayor interés al tema maya.[14]
Al mismo tiempo se articuló un movimiento internacional, ya que los mayas
guatemaltecos iniciaron múltiples enlaces y coordinaciones con mayas de otros
espacios geográficos.[15]
Es interesante que este tema de la
mayanidad desarrollara hacia la interculturalidad, y pasara por el bilingüismo,
que precisamente se produce dentro del sistema educativo nacional, con los
aportes y el éxito de la gestión educativa en tiempos verdaderamente caóticos
para la historia del país. Existen dos experiencias escolares que brindan
contenidos mayas. Una es en Quiché y la otra en Totonicapán. La del primer
sitio geográfico, funciona con una modalidad que se denomina escuela nueva, que
se convertiría al paso del tiempo en el Programa de la Nueva escuela bilingüe
intercultural.[16]
La segunda es parte de la escuela activa y se denominó Escuela bilingüe activa
(EBA). Una más, es la de Escuela sin fronteras, que estuvo situada en el
Triángulo del Ixcán. Lo similar fue que la lengua maya fue utilizada en todos
los procesos de capacitación y se convirtió en el medio de comunicación
pedagógica entre los niños.
La experiencia del bilingüismo en
el contexto guatemalteco es amplia, y se produce a pesar de la violencia y la
represión, consolidándose en los Acuerdos de Paz.
Uno de los referentes que por años
ha funcionado hasta la actualidad, es el proyecto que inicia en 1995, entre el
Ministerio de Educación y la Cooperación Alemana. Su objetivo central se
concentraba en la formación de maestros para la escuela bilingüe intercultural
en las lenguas mam, k’iché y tz’utujil.[17]
Es evidente en esta parte del
estado de la cuestión, que los conceptos de bilingüismo e interculturalidad
están amarrados a los Acuerdos de Paz, y que la crítica localiza su inicio en
1995, cuando se firman los acuerdos sobre identidad de los pueblos indígenas.
Sin embargo observamos que tienen que pasar más de cien años, para que las
autoridades de educación acepten el cambio de paradigma que se les estaba
proponiendo, en cuanto a la visión intercultural en los programas de estudio, y
en la preparación de los profesores en las comunidades rurales de Guatemala.[18]
Este tipo de problematizaciones
acerca del idioma en que deben enseñarse los contenidos en las escuelas, tiene
relación con el siguiente apartado, ya que estos cambios y transformaciones en
la concepción de la educación, pasaron a ser parte de la reforma educativa
necesaria, para poder atender a la población que evidentemente había sido
relegada, olvidada, y poco considerada, ya que eran obligados a usar un idioma,
el español, que no les permitía un desarrollo orgánico en sus estudios.
Esta concepción sobre la educación
monolingüe, tendrá repercusiones a lo largo del siglo XX, tal y como lo hemos
podido observar en las acciones de los grupos mayas de hacer resistencia, aún
en el periodo prolongado y cruento del conflicto armado. Y es que la prohibición
y luego la insistencia de utilizar como idioma único el español dentro de la
educación, va a convertirse en una especie de baluarte para los grupos de
resistencia lingüística, que operarán más adelante en el campo de la educación.
Se puede decir que los grupos mayas, no cejaron a lo largo de décadas, hasta
conseguir, en medio de diversas crisis políticas, el uso y respeto de los
idiomas originarios.
Bibliografía citada.
-
Alfredo Carrillo Ramírez. Evolución histórica
de la educación secundaria en Guatemala. Tomo I Guatemala: Editorial José
de Pineda Ibarra, 1971.
-
Moya, Ruth. “Interculturalidad y reforma
educativa en Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13,
1997.
-
Zimmermann, Klaus. “Modos de interculturalidad
en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista
iberoamericana de educación. No. 13, 1997.
[1]
Se abre en 1798 un concurso para premiar el
mejor trabajo que demuestre las ventajas que reportaría al Estado, que los
mayas y ladinos, vistan y calcen como españoles. Alfredo Carrillo Ramírez. Evolución
histórica de la educación secundaria en Guatemala.Tomo I Guatemala:
Editorial José de Pineda Ibarra, 1971, 48.
[2]
Se dictamina en ese momento, que a todos los
colegiales indígenas, se les enseñará a hablar la lengua castellana, a leer,
escribir y las cuatro primeras reglas de la aritmética, agricultura práctica,
música, dibujo, economía doméstica y moral. Carrillo Ramírez. Evolución…49-50.
[3]
Carrillo. Evolución, 51.
[4]
La crítica habla de los esfuerzos de los pueblos
mayas por autoconcebirse como un país plurilingue, pluricultural y pluriétnico,
ya que ellos mismos construyen para sí, y para otros guatemaltecos no mayas,
tanto ladinos como indígenas, un nuevo concepto de nación. Ruth Moya.
“Interculturalidad y reforma educativa en Guatemala”. Revista iberoamericana
de educación. No. 13, 1997, 130.
[5]
La mayanidad se considera uno de los desarrollos
político-culturales del movimiento maya. Una de las ideas en juego es la de la
mayanidad de los propios mayas. Ruth Moya, “Interculturalidad y reforma
educativa”, 132.
[6]
Existen dos conceptos de interculturalidad, uno
es descriptivo-crítico y el segundo, político-pedagógico. En sentido
descriptivo su objetivo en antropología, sociología y sociolínguistica, es
analizar lo que pasa cuando se encuentran dos o más grupos étnicos y/o
culturales. El segundo, se deriva del concepto descriptivo-crítico, pero
constituye la contrapartida de éste y puede definirse como el conjunto de
actividades y disposiciones destinadas a terminar con los aspectos y resultados
negativos de las relaciones interculturales conflictivas. Se entiende como una
contribución al establecimiento de relaciones pacíficas, al mutuo
entendimiento, al derecho a vivir la propia cultura, a la tolerancia, y
autodeterminación cultural. Klaus Zimmermann. “Modos de interculturalidad en la
educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista
iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 117.
[7]
Ruth Moya, “Interculturalidad y reforma
educativa en Guatemala”, 131.
[8]
El reconocimiento de lo maya como expresión de
la civilización maya clásica, pasa a formar parte de la tradición académica
desarrollada de manera sistemática desde el siglo pasado. Los mayistas ubicados
en centros académicos y universitarios de Europa y luego en Estados Unidos,
dieron impulso a los estudios mayences en diversas partes del mundo.
[9]
Entre 1977 y 1978, y a inicios de los 80,
Demetrio Cojti y Eduardo Pacay pensaban en cómo expandir y usar más lo maya, y
así empezaron a “tejer la estrategia para incluir lo maya en todo”,
involucrando a más personas, fundando una ONG interesada en documentar y
sistematizar la cultura maya. El otro dato acerca de la identidad maya se
produce entre 1985-86, cuando los intelectuales mayas se enfrentan teóricamente
en Yucatán, defendiendo su derecho de considerarse mayas, en el taller de
lingüística convocado por Nora England.
[10]
Durante las décadas del 60 y 70, se continuaba
hablando del tema maya. Pero no fue sino en los 70 que se fueron consolidando
estas ideas por grupos mayas que asistían a seminarios, reuniones y otras
actividades culturales y políticas y donde el idioma e intercambio y
comunicación tuvo que ser el español. Ruth Moya, “Interculturalidad...”, 134.
[11]
En 1974 se organizó la Coordinadora de grupos
indígenas, que dio origen a encuentros culturales de amplia cobertura. De esta
etapa surgieron programas radiales, publicaciones, festivales, y una tentativa
de formar el primer partido maya, el Patinimit, y el Frente de integración
nacional, FIN. En 1978 el referente es la masacre de Panzós, en Alta Verapaz,
que inició el terrorismo de Estado en un periodo de 1978 a 1984. El movimiento
MAYAS aparece en este periodo, integrado por mayas que participaban en la
guerrilla en cuestiones culturales. Y ORPA reconoce en este periodo el problema
indígena y se manifiesta en contra del racismo. Más adelante la URNG se
pronunciaría reconociendo la importancia y valor de la cultura indígena. Moya,
137.
[12]
Las experiencias existentes son los resultados
del Proyecto Nacional de Educación Bilingüe Intercultural (PRONEBI) que
funcionó, con ayuda del USAID, entre 1986 y 1993, así como la labor del
Instituto de Lingüística de la Universidad Rafael Landívar. Klaus Zimmermann.
“Modos de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del
caso de Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997,
115.
[13]
Quienes hacían esta propuesta manejaban ya el
concepto de mayanidad. El grupo que lideró este periodo en cuanto a la
mayanidad fue el q’eqchí, apoyado por grupos kakchikeles. Los líderes que se
encontraban trabajando en el PRONEBI empezaron a capacitar a técnicos y
maestros sobre la cultura maya. Impartieron los cursos de cultura maya y
literatura maya. Analizaban el Popol Vuj y empezaron a utilizar símbolos mayas,
cuando iban avanzando en los estudios de las mitologías y cosmogonías, apoyados
en la existencia de éstos en otros países de Latinoamérica.
[14]
La Universidad Rafael Landívar fue una de las
primeras universidades que ofreció dos cursos, alrededor de 1980, destinados a
funcionarios de PRONEBI, los cuales incluían aspectos de la cultura maya. Se
sirvió un curso de Producción de materiales educativos y otro de Supervisión
educativa. Moya, 138-39.
[15] Entre otros el
apoyo que los mayas de Guatemala están dando a los chortíes de Honduras para
que reaprendan la lengua perdida. También han tomado contacto con los mayas de
Belice, bilingües en maya e inglés; sin embargo, los mames mexicanos de Chiapas
y los guatemaltecos de Huehuetenango o San Marcos no se conocen. Los mayas,
sobre todo a partir del Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos
Indígenas, deberán responder no sólo a los mayas sino también a los
garífunas y a los xincas, pero también deberán examinar la posibilidad de
convertir en bilingüe a la población ladina en una segunda etapa. Moya, 139.
[16]
Es la experiencia más interesante en cuanto que
tiene un concepto más acabado de escuela y una propuesta curricular más
redondeada, aunque muestra limitaciones en lo que concierne al uso de las
lenguas y de los principios de interculturalidad. Moya, 144.
[17]
Desde su comienzo el proyecto articuló a
organizaciones mayas, a maestros, autoridades educativas, padres de familia,
etc., para difundir los Acuerdos de Paz y debatir las ideas de reforma, creando
al efecto diversos mecanismos: cursos, conferencias, encuentros estudiantiles y
del magisterio, reuniones con los partidos políticos, etc. Moya, 145.
[18]
La educación de los grupos indígenas mayas en
Guatemala ha seguido, con algunas excepciones de iniciativas privadas y del
proyecto PRONEBI en los años 80, los lineamientos de la educación destinada a
los hispanoparlantes. Esto causó una multitud de problemas y conflictos para el
niño y la niña mayas monolingües o bilingües incipientes: incomunicación,
incomprensión, enajenación, miedo, descalificación de la propia cultura,
desprecio de la identidad, resistencia sicológica, odio a la educación escolar
hasta el punto de desertar, y otras consecuencias más. Klaus Zimmermann. “Modos
de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de
Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 114.