lunes, 18 de febrero de 2013

“Sujetos sociales relacionados con la agenda educativa de fines del siglo XIX en Guatemala”

Aida Toledo/Investigaciones en educación

Instituto de Estudios Humanísticos/URL/Observatorio de Educación Nacional

Entre los detalles y anécdotas de la historia de la educación pública, que se encuentran ligados a los inicios de la educación media, aparecen una serie de situaciones sobre la población maya de aquel entonces, que tienen relevancia para mencionarse en este momento coyuntural, en que se elabora este estado de la cuestión.

Los inicios de la educación pública van a contemplar un nuevo actor en la agenda educativa, los mayas de finales de siglo XIX. Su incorporación se ve como un grave problema, porque la concepción de su origen, los sitúa en desventaja no sólo lingüística sino también cultural y social.[1] Este asunto nos parece de relevancia, dado que se habla de una agenda que no ha cambiado sustancialmente, porque transcurre más de un siglo, para que los idiomas mayas sean aceptados dentro del marco de la educación en forma orgánica, reproblematizados durante los Acuerdos de Paz de 1996.

Nos parece importante entrar a discutir este tema, porque dentro del desarrollo de la escuela media aparecen ya discutidos los efectos del racismo y las consecuencias políticas que los grupos mayas sufrieron, y que luego pasarían heredadas a sus descendientes a lo largo del siglo XX. Revisar este periodo, dentro del marco de la fundación de la escuela media, ha servido a quien escribe para comprender el devenir de las comunidades rurales en Guatemala, cuya composición étnica era principalmente indígena.

Fotografía: CIRMA
El tema maya se viene tratando en Guatemala desde la administración del doctor Mariano Gálvez. Se sabe hoy que éste tenía en su agenda el enseñar a los indígenas el idioma español, con la creencia que ese factor les impedía el desarrollo y la incorporación a la nación mestiza. En el nivel primario instaura una ley en 1836, para la enseñanza obligatoria del español[2], además de intentar normar las maneras de vestir de la población indígena dentro de las instituciones del Estado y en los espacios públicos. Aparece por el mismo momento una escuela que otorga becas a niñas indígenas, donde desde distintas instancias se costeaba la educación de estas estudiantes.

Las leyes respecto a la población maya continuaron dentro de una dinámica, donde privaba el racismo, los prejuicios en cuanto a la inteligencia, y la clase social. En 1851 se determina que “los corregidores persigan la embriaguez y la holgazanería entre los indios”[3], y que respecto a la educación, se establezcan escuelas, se enseñe el idioma castellano y la doctrina cristiana.

Lo que esta manera de actuar, con rostro legal rebela, es que dentro de las leyes que continuaron funcionando a lo largo de más de un siglo, siempre fue parte de la agenda, la enseñanza del español como único idioma, y eso se extendió hasta la firma de los Acuerdos de Paz, espacio donde se establecen las fracturas en este tipo de pensamiento y agenda.[4]
La firma de los Acuerdos de Paz implicó la aceptación de la urgencia de una reestructuración y restauración social, a manera de una necesidad colectiva de todos los guatemaltecos. Tanto gobierno como organizaciones sociales fueron creando una serie de mecanismos de interlocución y consenso con este propósito. Es innegable que buscaban la formación de una sociedad más democrática, como parte de las negociaciones políticas. Por eso propugnaron mucho más por iniciativas alrededor de la reforma educativa, que en cuanto al asunto de lo agrario, aunque ni una ni otra se hubieran resuelto ya.

El conflicto armado tuvo como meollo del problema el asunto agrario. Además esta guerra se produjo en una etapa histórica donde la lucha sociolinguística y cultural era entendida de otra manera, y se encontraba discutida dentro del análisis de clases sociales, del campesinado y del proletariado. Sin embargo la diversidad cultural, vista como heterogeneidad y no como enfrentamiento, hacía dos décadas que se venía analizando, y se concretó en hipótesis de desarrollo endógeno y autosostenible, considerada hoy, una postura de los neoindigenismos latinoamericanos.

Al mismo tiempo se iban fortaleciendo los movimientos indígenas en distintos puntos de América Latina, que optaron por estrategias y opciones teóricas y diversas políticas. Lo que tenían en común era señalar el carácter colonial de las relaciones étnico sociales, que explicaban las inequidades sociales, culturales, linguísticas, educativas, etc.

Para el caso de Guatemala, algunas propuestas sirvieron para fortalecer al movimiento maya. Aparecieron los conceptos e ideas alrededor de la mayanidad[5] que luego se transformarían en interculturalidad.[6] En relación con estas ideas se trabajarán más adelante los conceptos de calidad y pertinencia, que al desarrollarse atravesarían el sistema educativo nacional, en el espíritu de la reforma educativa.[7] El concepto de lo intercultural, estaba estrechamente vinculado con la identidad.[8]

La mayanidad como propuesta política arranca a fines de los sesenta e inicios de los setenta en Guatemala, trabajada inicialmente por académicos provenientes de las élites ladinas, que al ser interpretada por la intelectualidad maya, apuntaría a una distinta necesidad, la de aproximarse a la construcción de la identidad.[9] Ésta estaba fundamentada en el considerarse mayas del presente. Entonces la mayanidad se convierte en argumento para reencontrarse con el pasado, pero con el propósito de impugnar el presente. De allí que la mayanidad sea fundamentalmente una propuesta de tipo político.[10]

La reapropiación de lo maya se desarrollaba en los círculos intelectuales y estudiantiles[11], pero sería en el ámbito del programa nacional de educación bilingüe (PRONEBI)[12] donde aparecería la denominación de cultura maya, para referirse a la cultura del presente.[13]

En 1982, el equipo q’eqchí del PRONEBI incluyó contenidos mayas en la capacitación de maestros y en los materiales para los niños, aunque su principal objetivo no fuera de tipo curricular. Se encontraban en medio de la violencia del conflicto armado, y no se veía con buenos ojos hablar de bilingüismo. Al mismo tiempo existían problemas de tipo teórico y
metodológico, en el diseño claro del papel de los idiomas y de las culturas del currículo, porque el referente estaba en las interpretaciones ladinas de lo maya. En este periodo se hacen las primeras traducciones de los programas oficiales a lenguas mayences. Y aunque la inclusión de lo maya, fuera desigual y tardío, se logró presencia en los contenidos curriculares.

El aporte académico es de gran incidencia en el tema maya. Algunas universidades se encargaron de servir cursos, y dar mayor interés al tema maya.[14] Al mismo tiempo se articuló un movimiento internacional, ya que los mayas guatemaltecos iniciaron múltiples enlaces y coordinaciones con mayas de otros espacios geográficos.[15]

Es interesante que este tema de la mayanidad desarrollara hacia la interculturalidad, y pasara por el bilingüismo, que precisamente se produce dentro del sistema educativo nacional, con los aportes y el éxito de la gestión educativa en tiempos verdaderamente caóticos para la historia del país. Existen dos experiencias escolares que brindan contenidos mayas. Una es en Quiché y la otra en Totonicapán. La del primer sitio geográfico, funciona con una modalidad que se denomina escuela nueva, que se convertiría al paso del tiempo en el Programa de la Nueva escuela bilingüe intercultural.[16] La segunda es parte de la escuela activa y se denominó Escuela bilingüe activa (EBA). Una más, es la de Escuela sin fronteras, que estuvo situada en el Triángulo del Ixcán. Lo similar fue que la lengua maya fue utilizada en todos los procesos de capacitación y se convirtió en el medio de comunicación pedagógica entre los niños.

La experiencia del bilingüismo en el contexto guatemalteco es amplia, y se produce a pesar de la violencia y la represión, consolidándose en los Acuerdos de Paz.

Uno de los referentes que por años ha funcionado hasta la actualidad, es el proyecto que inicia en 1995, entre el Ministerio de Educación y la Cooperación Alemana. Su objetivo central se concentraba en la formación de maestros para la escuela bilingüe intercultural en las lenguas mam, k’iché y tz’utujil.[17]

Es evidente en esta parte del estado de la cuestión, que los conceptos de bilingüismo e interculturalidad están amarrados a los Acuerdos de Paz, y que la crítica localiza su inicio en 1995, cuando se firman los acuerdos sobre identidad de los pueblos indígenas. Sin embargo observamos que tienen que pasar más de cien años, para que las autoridades de educación acepten el cambio de paradigma que se les estaba proponiendo, en cuanto a la visión intercultural en los programas de estudio, y en la preparación de los profesores en las comunidades rurales de Guatemala.[18]

Este tipo de problematizaciones acerca del idioma en que deben enseñarse los contenidos en las escuelas, tiene relación con el siguiente apartado, ya que estos cambios y transformaciones en la concepción de la educación, pasaron a ser parte de la reforma educativa necesaria, para poder atender a la población que evidentemente había sido relegada, olvidada, y poco considerada, ya que eran obligados a usar un idioma, el español, que no les permitía un desarrollo orgánico en sus estudios.

Esta concepción sobre la educación monolingüe, tendrá repercusiones a lo largo del siglo XX, tal y como lo hemos podido observar en las acciones de los grupos mayas de hacer resistencia, aún en el periodo prolongado y cruento del conflicto armado. Y es que la prohibición y luego la insistencia de utilizar como idioma único el español dentro de la educación, va a convertirse en una especie de baluarte para los grupos de resistencia lingüística, que operarán más adelante en el campo de la educación. Se puede decir que los grupos mayas, no cejaron a lo largo de décadas, hasta conseguir, en medio de diversas crisis políticas, el uso y respeto de los idiomas originarios.


Bibliografía citada.

-           Alfredo Carrillo Ramírez. Evolución histórica de la educación secundaria en Guatemala. Tomo I Guatemala: Editorial José de Pineda Ibarra, 1971.
-           Moya, Ruth. “Interculturalidad y reforma educativa en Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997.
-           Zimmermann, Klaus. “Modos de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997.




[1] Se abre en 1798 un concurso para premiar el mejor trabajo que demuestre las ventajas que reportaría al Estado, que los mayas y ladinos, vistan y calcen como españoles. Alfredo Carrillo Ramírez. Evolución histórica de la educación secundaria en Guatemala.Tomo I Guatemala: Editorial José de Pineda Ibarra, 1971, 48.
[2] Se dictamina en ese momento, que a todos los colegiales indígenas, se les enseñará a hablar la lengua castellana, a leer, escribir y las cuatro primeras reglas de la aritmética, agricultura práctica, música, dibujo, economía doméstica y moral. Carrillo Ramírez. Evolución…49-50.

[3] Carrillo. Evolución, 51.
[4] La crítica habla de los esfuerzos de los pueblos mayas por autoconcebirse como un país plurilingue, pluricultural y pluriétnico, ya que ellos mismos construyen para sí, y para otros guatemaltecos no mayas, tanto ladinos como indígenas, un nuevo concepto de nación. Ruth Moya. “Interculturalidad y reforma educativa en Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 130.
[5] La mayanidad se considera uno de los desarrollos político-culturales del movimiento maya. Una de las ideas en juego es la de la mayanidad de los propios mayas. Ruth Moya, “Interculturalidad y reforma educativa”, 132.
[6] Existen dos conceptos de interculturalidad, uno es descriptivo-crítico y el segundo, político-pedagógico. En sentido descriptivo su objetivo en antropología, sociología y sociolínguistica, es analizar lo que pasa cuando se encuentran dos o más grupos étnicos y/o culturales. El segundo, se deriva del concepto descriptivo-crítico, pero constituye la contrapartida de éste y puede definirse como el conjunto de actividades y disposiciones destinadas a terminar con los aspectos y resultados negativos de las relaciones interculturales conflictivas. Se entiende como una contribución al establecimiento de relaciones pacíficas, al mutuo entendimiento, al derecho a vivir la propia cultura, a la tolerancia, y autodeterminación cultural. Klaus Zimmermann. “Modos de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 117.
[7] Ruth Moya, “Interculturalidad y reforma educativa en Guatemala”, 131.
[8] El reconocimiento de lo maya como expresión de la civilización maya clásica, pasa a formar parte de la tradición académica desarrollada de manera sistemática desde el siglo pasado. Los mayistas ubicados en centros académicos y universitarios de Europa y luego en Estados Unidos, dieron impulso a los estudios mayences en diversas partes del mundo.
[9] Entre 1977 y 1978, y a inicios de los 80, Demetrio Cojti y Eduardo Pacay pensaban en cómo expandir y usar más lo maya, y así empezaron a “tejer la estrategia para incluir lo maya en todo”, involucrando a más personas, fundando una ONG interesada en documentar y sistematizar la cultura maya. El otro dato acerca de la identidad maya se produce entre 1985-86, cuando los intelectuales mayas se enfrentan teóricamente en Yucatán, defendiendo su derecho de considerarse mayas, en el taller de lingüística convocado por Nora England.
[10] Durante las décadas del 60 y 70, se continuaba hablando del tema maya. Pero no fue sino en los 70 que se fueron consolidando estas ideas por grupos mayas que asistían a seminarios, reuniones y otras actividades culturales y políticas y donde el idioma e intercambio y comunicación tuvo que ser el español. Ruth Moya, “Interculturalidad...”, 134.
[11] En 1974 se organizó la Coordinadora de grupos indígenas, que dio origen a encuentros culturales de amplia cobertura. De esta etapa surgieron programas radiales, publicaciones, festivales, y una tentativa de formar el primer partido maya, el Patinimit, y el Frente de integración nacional, FIN. En 1978 el referente es la masacre de Panzós, en Alta Verapaz, que inició el terrorismo de Estado en un periodo de 1978 a 1984. El movimiento MAYAS aparece en este periodo, integrado por mayas que participaban en la guerrilla en cuestiones culturales. Y ORPA reconoce en este periodo el problema indígena y se manifiesta en contra del racismo. Más adelante la URNG se pronunciaría reconociendo la importancia y valor de la cultura indígena. Moya, 137.
[12] Las experiencias existentes son los resultados del Proyecto Nacional de Educación Bilingüe Intercultural (PRONEBI) que funcionó, con ayuda del USAID, entre 1986 y 1993, así como la labor del Instituto de Lingüística de la Universidad Rafael Landívar. Klaus Zimmermann. “Modos de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 115.
[13] Quienes hacían esta propuesta manejaban ya el concepto de mayanidad. El grupo que lideró este periodo en cuanto a la mayanidad fue el q’eqchí, apoyado por grupos kakchikeles. Los líderes que se encontraban trabajando en el PRONEBI empezaron a capacitar a técnicos y maestros sobre la cultura maya. Impartieron los cursos de cultura maya y literatura maya. Analizaban el Popol Vuj y empezaron a utilizar símbolos mayas, cuando iban avanzando en los estudios de las mitologías y cosmogonías, apoyados en la existencia de éstos en otros países de Latinoamérica.

[14] La Universidad Rafael Landívar fue una de las primeras universidades que ofreció dos cursos, alrededor de 1980, destinados a funcionarios de PRONEBI, los cuales incluían aspectos de la cultura maya. Se sirvió un curso de Producción de materiales educativos y otro de Supervisión educativa. Moya, 138-39.
[15] Entre otros el apoyo que los mayas de Guatemala están dando a los chortíes de Honduras para que reaprendan la lengua perdida. También han tomado contacto con los mayas de Belice, bilingües en maya e inglés; sin embargo, los mames mexicanos de Chiapas y los guatemaltecos de Huehuetenango o San Marcos no se conocen. Los mayas, sobre todo a partir del Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, deberán responder no sólo a los mayas sino también a los garífunas y a los xincas, pero también deberán examinar la posibilidad de convertir en bilingüe a la población ladina en una segunda etapa. Moya, 139.
[16] Es la experiencia más interesante en cuanto que tiene un concepto más acabado de escuela y una propuesta curricular más redondeada, aunque muestra limitaciones en lo que concierne al uso de las lenguas y de los principios de interculturalidad. Moya, 144.

[17] Desde su comienzo el proyecto articuló a organizaciones mayas, a maestros, autoridades educativas, padres de familia, etc., para difundir los Acuerdos de Paz y debatir las ideas de reforma, creando al efecto diversos mecanismos: cursos, conferencias, encuentros estudiantiles y del magisterio, reuniones con los partidos políticos, etc. Moya, 145.
[18] La educación de los grupos indígenas mayas en Guatemala ha seguido, con algunas excepciones de iniciativas privadas y del proyecto PRONEBI en los años 80, los lineamientos de la educación destinada a los hispanoparlantes. Esto causó una multitud de problemas y conflictos para el niño y la niña mayas monolingües o bilingües incipientes: incomunicación, incomprensión, enajenación, miedo, descalificación de la propia cultura, desprecio de la identidad, resistencia sicológica, odio a la educación escolar hasta el punto de desertar, y otras consecuencias más. Klaus Zimmermann. “Modos de interculturalidad en la educación bilingüe. Reflexiones acerca del caso de Guatemala”. Revista iberoamericana de educación. No. 13, 1997, 114.